Leido as?, cualquiera lo podr?a interpretar como algo macabro; pero no es as?.
Al hablar de"matanza", quiero referirme a esa fiesta popular en que las familias se reunen para sacrificar al cuto (como se le llama por vuestra tierra), que ha sido cebado durante todo el a?o, y que asegurar? la despensa con sus productos, librandonos de la cruel compa?ia del hambre.
Durante siglos, el ajusticiamiento del pobre animal, ha supuesto en los pueblos y aldeas de Espa?a un d?a de fiesta en la que publicamente se exhibia en familia la opulencia alimenticia de los afortunados propietarios.
Por desgracia, la matanza ya no es el rito tradicional de anta?o. Ahora el se?or Oscar Mayer, el se?or de Casa Tarradellas, o cualquier otro industrial chacinero, nos ha privado de tan tradicional evento.
Hasta aqu? todo es comprensible; pero os habeis parado a pensar ?porqu? alguien como el espa?ol, que por desconfianza, nunca da a conocer a los dem?s su verdadera riqueza; es cap?z de anunciar a bombo y platillo, incluso con una celebraci?n en la que invita a propios y extra?os, de los que normalmente piensa que los parta un rayo, haciendoles participes y testigos al mismo tiempo de la ostentaci?n de tan preciado bien?
Pues la respuesta est? en nuestra historia, y mas particularmente en la religi?n.
Terminada nuestra reconquista, quedaron ocupando nuestro solar peninsular, cristianos, judios, musulmanes, junto con moz?rabes, mud?jares y algunos grupos mas de distinta tendencia socio-religiosa.
En principio, todos vivian en armonia, o eso es lo que nos quieren hacer ceer; hasta que se acab? la armonia, y tras la llamada Guerra de las Alpujarras, todo aqu?l que no abrazase el cristianismo, tenia que coger la patera y emigrar. ?La de vueltas que da la vida !.
Evidentemente, con la expulsi?n iba implicito la p?rdida de todos los bienes acumulados familiarmente durante ocho siglos por nuestros compatriotas seguidores de Al?.
En aquella ?poca, como ahora, la religi?n del Islam, mas que una guia espiritual; era una una guia socio-politico-cultural-religiosa; y muy pocos fueron los que optaron por un cambio tan radical en su manera de vivir.
Pero el maraved? era el maraved?, y algunos optaron por el llamado "cambio de chaqueta", fingiendo que eran cristianos de toda la vida, o emigrando a otros lugares donde no fueran conocidos.
Poco pudo durar su mascarada. Los politicos de entonces, junto con la siempre poderosa Iglesia; articularon un tribunal ( la Santa Inquisici?n )que velase por la pureza de culto de todos nuestros antepasados. Si bien no directamente, lo realiz? a trav?s de las sempieternas denuncias.
Muchos de los que trataron de pasar inadvertidos y ocultar su cambio de chaqueta, lo lograron durante cierto tiempo; pero todo acababa cuando el cristiano viejo celebraba la matanza a la puerta de su casa, y a la vista de sus vecinos; haciendolo de esta manera para salvarse de posibles calumnias y alejar las sospechas del temido tribunal.
Mientras tanto, el pobre musulman, o se condenaba para toda la vida, incluida la del jard?n de Al?; o se denunciaba el mismo, al no permitirle su religi?n el consumo de los productos del preciado animalito.
?Jodida religi?n que todo lo enreda !
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